domingo, 2 de agosto de 2009

La vida en una colonia menonita
Así transcurren los días entre los menonitas de Bolivia, donde existen algunas de las comunidades más estrictas de esta secta que rechaza el progreso
Familia
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Mundos paralelos
El mercado, como este de la calle Seis de agosto, en Santa Cruz de la Sierra, sirve de encuentro entre los menonitas y el resto de bolivianos.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Mínimos contactos
Sin embargo, los menonitas intentan viajar a la ciudad lo menos posible para bastecerse. En los almacenes de sus colonias, compran y venden los productos y alimentos de necesidad básica.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Almacén
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Reunión
Los domingos, después de la misa, los jóvenes se reúnen para pasar el rato.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Búsqueda de pareja
El momento posterior a la misa dominical también está permitida la reunión entre jóvenes de ambos sexos, que aprovechan para buscar pareja.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Actividades prohibidas
Algunos mozos también aprovechan los ratos libres del último día de la semana para hacer cosas prohibidas, como escuchar música.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Alumbramiento
Una escena en exclusiva. Alumbramiento menonita en la consulta del 'doctor' autodidacta Abraham Newsted (a la derecha de la imagen), de la colonia de Nueva Esperanza. La comadrona asiste el parto. Frans (izquierda) y Elisabet, su esposa, dan la bienvenida a su sexto hijo. Todo transcurre bajo la tenue luz de un farolillo de queroseno.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Muerte
Los funerales congregan a menonitas de colonias vecinas.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Cena silenciosa
El silencio y los farolillos de queroseno presiden también la cena en la granja de los Banman, en la colonia Durango.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Misa
Durante la misa, los fieles se arrodillan y piden perdón por sus pecados.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
Escuela
La jornada en la escuela de la colonia Swift Current, donde chicos y chicas se sientan en bancos separados y entran por puertas distintas, comienza con una oración en plattdüütch, un dialecto antiguo del aleman medieval por el que se comunican los menonitas. La formación suele comprender lo imprescindible para vivir en la colonia y normalmente solo saben español los hombres, quienes lo aprenden para hacer negocios con los bolivianos.
JORDI BUSQUÉ - 2009-08-02
FONTE:
EL PAÍS-ESPAÑA

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