Un nuevo medicamento abre las puertas al
fín de los efectos de la quimioterapia. La nueva terapia combina un fármaco con
anticuerpos que se dirige al interior de las células tumorales para frenar el
desarrollo del cáncer de mama. El resultado es el efecto de la quimioterapia sin
su toxicidad, una nueva forma de enfrentarse al cáncer.
Raúl Jato Martínez
Raúl Jato Martínez
Los avances para hacer frente al cáncer son cada
vez más esperanzadores. Entre ellos destaca la nueva terapia de la farmacéutica
suiza Roche, que combina un fármaco con anticuerpos para dirigirse
selectivamente al interior de las células tumorales para frenar el desarrollo
del cáncer de mama avanzado. Este, podría suponer el fín de la quimioterapia y
los efectos secundarios que supone. Estos efectos secuandarios se producen por
los potentes fármacos que componen lo cócteles quimioterapéuticos, atacan a las
células cancerosas pero acaban también con muchas células sanas, lo que provoca
efectos secundarios como la caída del cabello, cansancio generalizado y bajadas
de defensas.
El nuevo mecanismo de acción utilizado representa
“una nueva forma de abordar el cáncer”. Es 20 veces más potente que muchas de
las quimioterapias que se utilizan actualmente. Los resultados han demostrado
como este fármaco, que se administra por vía intravenosa una vez cada tres
semanas, logra retrasar la evolución del tumor una media de 9,6 meses, frente a
los 6,4 meses que consigue la terapia estándar. Además, la tolerancia ha sido
muy buena, como prueba que en solo un 15% de las pacientes hubo que bajar la
dosis y únicamente un 4% abandonó el estudio. Lo cierto es que todavía faltan
por conocer los beneficios sobre la supervivencia global de estas pacientes.
En este estudio, dirigido por Kimberly Blackwell,
del centro médico de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, participan ocho
hospitales y centros de investigación españoles.
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